Cristo y la Liberación

Por el doctor Gary North

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Juan 8:31-32).

El cristianismo ha sobrevivido por casi dos mil años porque ha sido culturalmente relevante. En el siglo cuarto capturó y transformó al moribundo imperio romano. Sentó los cimientos de la ciencia moderna durante el período medieval (1000-1500), y la desarrolló en la primera parte de la era moderna (1500-1700). Los reyes gobernaban en el nombre del cristianismo. Es por lo tanto correcto hablar de la ``civilización cristiana,’‘ pero desde hace más de un siglo, tal lenguaje ha parecido anticuado. Esto sucede porque hoy día nuestra civilización es humanista, no cristiana. Este es el meollo de los problemas de la humanidad.

Camino de Servidumbre

En el año 1944, un economista austríaco que vivía y enseñaba en Gran Bretaña publicó un libro extraordinario, Camino de servidumbre.1 Su nombre es F. A. Hayek. Al escribir yo estas palabras él sigue activo y vigoroso con 88 años de edad, trabajando para completar su estudio del socialismo moderno en tres tomos, The Fatal Conceit (La presunción fatal).

El libro recibió poca atención en Gran Bretaña, pero en ese mismo año la revista Selecciones publicó una versión condensada. Gracias a esa publicidad Hayek zarpó de Inglaterra como un obscuro economista y llegó a los EE. UU. hecho a una celebridad. Más que cualquier otra publicación, Camino de servidumbre impulsó el avivamiento de la economía del mercado libre en el mundo de habla inglesa.

La tésis del libro era sencilla: es imposible preservar la libertad en una economía dirigida por el Estado. Si el Estado puede quitarnos nuestro dinero o los frutos de nuestra labor, entonces nos puede dejar sin los recursos necesarios para lograr nuestras metas temporales. El socialismo democrático es, pese a todo, socialismo, concluyó, y el derecho al voto no preservará la libertad si no se nos permite quedarnos con los frutos de nuestra labor, intelectual o física.

Este argumento despertó la indignación de los social-demócratas en todo el mundo. Pero década tras década, la advertencia de Hayek se va ganando el respeto de un número creciente de eruditos. Sus pronósticos acerca de la planificación económica del gobierno se han convertido en realidad. En el año 1980, seis años después de haber ganado el Premio Nobel en economía política, ya no se podía mantener al día con todos los libros, ensayos, y otras publicaciones escritas acerca de sus ideas. Un cuarto siglo después de la edad en que se jubila la mayoría de los hombres, Hayek se encuentra todavía en pleno vigor.

?Sigue caminando aún el mundo occidental por el camino equivocado, rumbo a la servidumbre? Sí. Los varios avivamientos conservadores nacionales y “libertarios” no han logrado contrarrestar esta tendencia general, ni lo lograrán. La razón es sencilla: sólo por medio de la fe en Jesucristo puede una sociedad descubrir, desarrollar, y mantener las instituciones legales que hacen posible la libertad.

Esta es una declaración dura, pero es una de las doctrinas claves de la Biblia. ?Acaso pueden los esclavos del pecado escapar las otras formas de esclavitud? La respuesta de la Biblia es clara: no. Tarde o temprano la esclavitud al pecado produce formas terrenales de esclavitud. Tal es la enseñan-za del libro de Jueces, y también Primera y Segunda de Reyes. Para escapar de la esclavitud, uno debe primero escaparse de la esclavitud del pecado, la esclavitud original.

Es necesario volver atrás. El camino a la servidumbre es un camino de dos vías. En la Biblia la palabra ``arrepentirse’‘ significa ``dar la vuelta.’‘ Por la gracia de Dios, nos podemos arrepentir:

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9).

Podemos ser moralmente transformados, y sólo esto nos capacita para vencer este mundo. Al someternos al pacto que Dios hace con Su pueblo, los cristianos podemos jugar un papel en la derrota de los muchos males de este mundo.

La regeneración por la gracia a través de la fe en Jesucristo es el primer paso del camino que se aleja de la servidumbre. Es el primer paso hacia la liberación.

La Teología de la Liberación

Están dos tipos radicalmente diferentes de teología, cada uno de los cuales pretende estar predicando la liberación. Uno de estos sistemas es marxista, y el otro es cristiano. Éste se basa en las enseñanzas de un hombre quien sostuvo que la religión es el opio de los pueblos, y aquel se basa en las enseñanzas de un hombre perfecto quien fué asimismo la encarnación de Dios mismo.

Tenemos que estar claros en cuanto a esto desde un principio. Carlos Marx, el fundador del movimiento político conocido como comunismo, fue un ateo. En su juventud había sido un cristiano liberal como lo demuestra su ensayo escolar, ``Sobre la unión de los fieles con Cristo según Juan XV, 1-14.2 Pero a los 20 años ya había abandonado su creencia en Dios. En un ensayo que escribió en 1843, a la edad de 25 años, Marx dijo: ``La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo despiadado, y el alma para los que están vacíos. Es el opio de los pueblos.’‘3 En ese mismo ensayo, Marx argumenta a favor del humanismo, la idea de que la humanidad es la forma más elevada de vida – en otras palabras – que el hombre es dios. ``La última crítica de la religión es la doctrina de que el hombre es el ser supremo para el hombre.4 Otra vez dijo, ``La emancipación de Alemania es sólo posible en la práctica si uno adopta el punto de vista de esa teoría según la cual el hombre es el ser supremo para el hombre.5 (Estos énfasis son suyos; no he añadido nada.)

Ahora sabemos lo que fué Marx: un humanista ateo. ?Y Jesús? ?Qué dijo Jesús de sí mismo? En Su juicio ante los líderes judíos, el sumo sacerdote le preguntó: ``?Eres tú el Cristo, Hijo del Bendito?’‘ Los judíos no mencionaban el nombre de Dios; ellos usaban palabras como ``Bendito’‘ como sustitutos. Jesús sabía lo que le preguntaban: ?Eres tú el Hijo de Dios? Y Jesús les dijo:

``Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.’‘ Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: ``?Qué más necesidad tenemos de testigos? Habéis oído la blasfemia; ?qué os parece?’‘ Y todos ellos le condenaron, declarándole ser digno de muerte (Marcos 14:61b-64).

Las palabras de Jesús sí eran una blasfemia, a menos que Él fuera realmente el Hijo de Dios. Según la ley hebrea, Él era digno de muerte (Levítico 24:16), a menos que realmente fuera el Hijo de Dios. Por Su resurrección de la muerte (Mateo 28) y Su ascensión a los cielos (Hechos 1:9-11) y Su asiento a la diestra de Dios Padre (Hechos 7:56), Él demostró que Él era quien dijo ser. Él era Dios de paso por tierra. Él dijo llanamente, ``Yo y el Padre uno somos’‘ (Juan 10:30).

Jesús también dijo que la creencia en Él como el Hijo de Dios es una cosa de vida o muerte, de vida o muerte eternas.

El Padre ama al Hijo, y todas las cosas las ha entregado en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él (Juan 3:35-36).

No puede haber compromiso en esto. O se tiene fe en Dios o en el hombre, en el cristianismo o en el marxismo. Honesta y correctamente no hay modo de mezclar el marxismo con el cristianismo. Estos dos sistemas profundamente religiosos están en guerra el uno contra el otro. Marx lo comprendiá por completo. Esta guerra no finalizará sino hasta que perezca el cristianismo – que nunca perecerá – o el marxismo. Cualquiera que trate de integrar estos dos sistemas en una misma organización social o se autoengaña o es un agente consciente de los comunistas que procura engañar a otros. O es ignorante o es malintencionado.

La Religion Como Herramienta del Comunismo

El popular sistema religioso conocido hoy como la teología de la liberación es un intento de combinar el comunismo revolucionario de Carlos Marx y el lenguaje de ciertos pasajes bíblicos que dan la impresión que la Biblia predica la revolución sangrienta del comunismo y el socialismo.

Esta versión humanista del mensaje bíblico de liberación nunca menciona ni la divinidad de Cristo, ni Su humanidad perfecta (a diferencia de Su divinidad), ni la salvación sólo por la fe en Cristo. Jamás menciona el requisito que los cristianos obedezcamos a las autoridades legítimas, o el poder transformador del evangelio, y del Espíritu Santo de Dios, ni los requisitos contínuos de la Ley de Dios, ni los pactos de Dios con la humanidad, ni el Octavo Mandamiento (``No robarás’‘), ni el Décimo Mandamiento (``No codiciarás’‘), ni muchos otros temas básicos en la Biblia. Los marxistas no creen en un Dios que creó este mundo y lo llevará al juicio final. Ellos creen sólo en el hombre.

?Por qué, entonces, han adoptado ellos la teología de la liberación? Tres razones son suficientes: (1) la común táctica comunista del engaño; (2) la necesidad de infundir al pensamiento marxista estancado con un nuevo impulso religioso; (3) la comprensión del riesgo estratégico de imponer el ateísmo prematuramente en una sociedad religiosa. Veamos ahora cada una de ellas.

1. El Engaño

Es más fácil reclutar el apoyo del ciudadano común si se disfraza la intención de destruir todo lo que él estima. Los comunistas quieren destruir la civilización occidental. Marx lo dijo desde el principio. La civilización occidental es la clase media – ``burguesa’‘ – y los comunistas la odian al mismo tiempo que ellos la imitan y compran los productos del mundo occidental.

Satanás es un engañador. Él prefiere usar el engaño. Él engañó a Eva. Él engañó a las naciones. Él usó citas bíblicas en sus principales tentaciones (Génesis 3:1; Mateo 4:6).

2. Una Fe Moribunda

En los países comunistas, el marxismo es una religión muerta. Es una farsa. La idea de que el marxismo-leninismo es tomado seriamente en la Unión Soviética o en China comunista es un mito aceptado sólo por un pequeño grupo de intelectuales occidentales.

Lo que el comunismo ha producido es una serie interminable de cosechas desastrozas. Bastó a China comunista sólo dos años (1983-1985) de mercado agrícola parcialmente libre para convertirla en exportadora de alimentos, después de cuatro décadas de hambre. El comunismo es también el mayor productor de ineficacia burocrática de la historia. Produce cosechas abundantes de cinismo y corrupción. Los gobiernos comunistas corrompen deliberada y sistemáticamente a sus ciudadanos. Ya que las sociedades corruptas y cargadas de sentido de culpabilidad son más fáciles de controlar.

Los comunistas saben que sólo pueden competir con el Occidente por medio del puro poder militar y terrorista. Esas son sus exportaciones predilectas a la economía mundial.

Cuando una religión comienza a perder sus adherentes, tiene que reformarse o recurrir al poder y al temor para mantenerse. Las etapas finales de una religión se ven cuando sus adeptos ya no creen en sus credos, sino que procuran escapar de ellos por medio de la embriaguez, la fuga, o la corrupción.

En esta etapa de la historia del marxismo, los comunistas tienen que encontrar nuevas fuentes de visión y de motivación ética. La Biblia les ofrece una retórica para la visión moral que necesitan.

3. La Búsqueda de Nuevos Aliados

En 1965, hubo una rebelión de las fuerzas comunistas en Indonesia contra el tambaleante gobierno socialista del presidente Sukarno. Esta rebelión fracasó. En la ola de ira musulmana que la reemplazó, un mínimo de 200,000 comunistas y sus presuntos simpatizantes fueron asesinados. Algunas fuentes calculan que el saldo pudo haber llegado al millón.

Los comunistas aprendieron allí una lección importante: es riesgoso tratar de imponer una religión atea foránea a un pueblo profundamente religioso. Consiguientemente han adoptado una nueva estrategia: la cooperación mucho más abierta, y menos clandestina entre el Comunismo y la religión. De 1965 en adelante, los comunistas comenzaron a promover un ``diálogo cristiano marxista.’‘ Estos eran encuentros desiguales; los comunistas no concedían nada, y la gente que trató con ellos – humanistas autodesignados como cristianos – cedieron en todo. El comunista más reconocido en este diálogo fué el erudito francés Roger Garaudy. Cuando en 1968 él se opuso públicamente a la invasión soviética de Checoslovaquia, fué expulsado del Partido Comunista Francés. Buen ejemplo de ``diálogo’‘ y del ``compartimiento mutuo de ideas.’‘

El periodista e historiador cristiano conservador Otto Scott ha comentado sobre la importancia de la matanza de los indonesios dentro de la estrategia internacional comunista:

Al mirar hacia Sur y Centroamérica, se dieron cuenta de que una revolución en esas áreas no tendría éxito a menos que incluyera al elemento religioso. Por lo tanto, su campaña fué más allá de los intelectuales (un elemento corrupto accesible siempre al mejor postor) para entrar a los círculos tradicionales del catolicismo romano. La teología de la liberación fue su vehículo para lograr la entrada. Los mismos argumentos han entrado sutilmente en los círculos religiosos protestantes tradicionales de los Estados Unidos.6

La teología de la liberación apareció como fuerza intelectual a principio de los años setenta y desde entonces ha cobrado ímpetu. Es el más reciente de una serie de movimientos teológicos liberales que los comunistas han dominado. Esta vez, se han ganado el apoyo de muchos sacerdotes católicos apóstatas que nunca llegan a ser excomulgados, señal de que la Iglesia católica sufre una crisis profunda – la más profunda de su historia.

La Verdadera Teología de la Liberacion

Si usted ha entregado su vida a Jesucristo, confiando en Su obra en la cruz como su único mérito para obtener la misericordia de Dios en el día del juicio, entonces usted y yo somos ciudadanos espirituales de la misma nación: el cielo. Dentro de no muchos años, seremos conciudadanos en esa nación, pero en el espíritu, sin nuestros cuerpos. No serémos ya más participantes terrenales en la historia. Un cristiano tiene que estar dispuesto a entregarlo todo, salvo su ``carta de ciudadanía’‘ celestial. Nunca debemos de olvidar lo más importante en esta vida, ya que hemos recibido la vida eterna (Juan 3:36a).

El cristianismo no se inventó en los EE. UU.; fue inventado en el cielo. Los EE. UU. es sólo una de las ``agencias distribuidoras autorizadas’‘ del cristianismo, pero si su pueblo deja de ser fiel, esa ``agencia distribuidora’‘ pasará totalmente a otros. Ha de ser la meta de cada cristiano hacer todo lo posible para que su nación pase a ser una de esas ``distribuidoras.’‘ Ese es el propósito de las misiones. Ese es también el propósito del dominio cristiano.

El juicio de Dios puede caer súbitamente sobre una nación. Cuando una nación cae a causa de la apostasía, otras tienen que estar listas para tomar su lugar. Este es también el propósito de las misiones. Ninguna nación tiene garantías de parte de Dios, fuera de su fidelidad al pacto – la obediencia a Su Ley por el poder del Espíritu Santo.

Hay quienes quieren hacernos creer otro evangelio, un evangelio robado que promete liberación pero que fué inventado en las profundidades del infierno, el lugar de esclavitud eterna. Ellos son también ``distribuidores’‘ de su religión. Muchas de estas personas desarrollan actividades en los Estados Unidos, exportando esta religión foránea al Tercer Mundo. Pero los beneficiarios de esta ``exportación’‘ no serán los Estados Unidos, ni ninguna nación que la ``importe.’‘ Los beneficiarios serán la élite marxista de tiranos que odian y niegan a Dios, que imitan al Faraón de los días de Moisés, y también a Belsasar, y Herodes, quienes procuraron aplastar a la Iglesia de Dios bajo sus plantas sangrientas. Que sean entrenados en Cuba, en Rusia o en los Estados Unidos, no tiene importancia: ellos trabajan para un ser sobrenatural, quien – de poderlo – desentronaría a Dios, pero ya que no puede, hace su guerra contra la Iglesia de Jesucristo.

La guerra es entre el cielo y el infierno. Ha sido así desde el principio. Así será hasta que Cristo retorne en el juicio final. La historia solo tiene significado en términos de esta batalla. Su nación, y la mía, tienen significado, pero sólo en relación con esta batalla. Esta batalla define cada acontecimiento, cada hoja del césped, cada nacimiento y cada muerte.

La Biblia lo hace muy claro: el que se declara en contra del Dios de la Biblia, y en contra de Sus principios eternos del bien y del mal, será barrido como ceniza, no sólo de la historia, sino de la eternidad – un cenicero que arde para siempre, el gehena (infierno), que será vaciado de golpe en el lago de fuego (Apocalipsis 20:14). (Fue el ``León Trotsky’‘ del comunismo – Lev Bronstein – que acuñó la frase, ``El cenicero de la historia.’‘ Su imágen es bastante exacta; fue sin duda una herencia de su judaísmo, pues el gehena era el basurero fuera de Jerusalén.) Las apuestas en este ``juego’‘ (que no es en realidad un juego) son sumamente altas:

No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema (Gálatas 1:7-9).

Hay una teología de la liberación. Esta afirma que el Dios que creó y que juzga todas las cosas mandó también a Su Hijo a morir por los pecados de la humanidad. Jesús anunció en el principio de Su ministerio público:

El Espiritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos. A predicar el año agradable del Señor (Lucas 4:18-19).

Cristo es el Libertador. Él es el mismo Dios que libró a Su pueblo de la esclavitud de Egipto y de la esclavitud medo-persa. Él es el Dios que levantó a José de una prisión egipcia para convertirlo en la segunda autoridad de Egipto, el Dios que levantó a Daniel de la fosa de los leones para convertirlo (otra vez) en el principal consejero del imperio medo- persa. Es el mismo Dios que levantó a Jesús de la prisión final, la muerte. El Imperio romano se convirtió como en una prisión para la iglesia primitiva, pero luego vino la resurrección: los cristianos asumieron el poder del Imperio romano.

Hoy hay gente e incluso naciones enteras que son prisioneras. La Unión Soviética es la prisión más grande en la historia del hombre. Ninguna persona racional niega que hay prisiones en la vida. Los hombres tienen una necesidad desesperada de liberación. Pero la liberación viene por la fidelidad al pacto de Dios que libra al justo. Quien en el día del juicio condenará al impío a pasar la eternidad en una prisión ardiente. Es mejor servir una sentencia en la prisión terrenal que en la prisión eterna. Puede haber liberación de las prisiones terrenales, de hecho el calabozo siempre ha sido un preludio a períodos de gran dominio para el justo. Pero no habrá liberación de la prisión eterna, ni tampoco habrá dominio para el impío.


1. Camino de servidumbre de F. A. Hayek. Colección ``Clásicos de la Democracia,’‘ Universidad Autónoma de Centro América, U.A.C.A., San José, Costa Rica, C.A.
2. Reproducido en Robert Payne (ed.), The Unknown Karl Marx (New York: New York University Press, 1971), págs. 39-43.
3. Karl Marx, ``Contribution to the Critique of Hegel’s Philosophy of Right,’‘ in T.B. Bottomore (ed.), Karl Marx: Early Writings (New York: McGraw-Hill, 1964), págs. 43,44.
4. Bottomore T.B., obra citada, página 52.
5. Bottomore T.B., obra citada, página 59.
6. Otto Scott, ``The Conservative Counter-Revolution,’‘ Modern Age (Summer 1985) págs. 207,208.

Liberando la Tierra es propiedad Gary North, ©1987. Publicado por Institute for Christian Economics, P.O. Box 8000, Tyler, TX 75711. Traducción al español de Paul Howden con José González.

1 Comment

Realmente me gusto este mensaje porque habla la verdad del comunismo. Yo soy Hondurena y nuestro pueblo acaba de pasar una pesadilla, que gracias a Dios ya casi esta terminando. Hugo Chavez queria imponer el comunismo en nuestro pais, pero como creemos e Dios y el no permitio que eso sucediera. “ Si Jesucristo pero no Carls Mars”, No Hugo Chavez y Mel Zelaya, ellos son unos ateos y quieren confundir al mundo con sus teorias absurdas. Bueniso lo que Ustedes has escrito. ‘ LOS FELICITO”, ojala lo publiquen en el diario d Honduras.
GLADYS RIVERA

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